Estos días he estado haciendo de paje real de los Reyes Magos, estoy preparando las oposiciones para Melchor el año que viene. Mientras tanto, me dedico a regalar caramelos y hacer flores, espadas y extrañas clases de perritos en forma de globo. En la foto, con la dueña de un puesto en la calle.
Los puestos de artesanía: todo un mundo perpendicular al cotidiano. La mayoría parejas o jóvenes itinerantes que van de ciudad en ciudad para mostrar sus enseres varios. Se distinguen por su cooperación y amabilidad, es como si se nutrieran tan solo de la buena energía que desprenden los demás cuando están en fiestas. Seguramente por no aguantar al que viene con prisas a las 8 de la mañana a por tabaco o al que ha salido a la hora del café para comprar la quiniela, siguen guardando como un tesoro un trozo de plástico teñido de colores para conservar la ilusión que le da significado.
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