martes, 30 de octubre de 2007

Querido Jose, dos puntos


Después de dos años, voy a estar más de lo que dura una tarde fugaz contigo. Esta vez, por fín, soy yo la que va a buscarte.

Recuerdo que en tu habitación, cuando nos conocimos, tenías partituras colgadas de las paredes y fotos de Man Ray. Me leías párrafos de Anais Nin. Tu cama se elevaba un metro del suelo. Después me enseñaste a respirar la música clásica, me abriste la puerta del teatro y conocí a algunos de tus amigos: unos en persona, otros en anécdota, pero todos siempre tan dispares e interesantes. Habrán pasado ya 5 años cuando te dí mi teléfono y me dijiste que en tu agenda no había nombres y apellidos, sino los nombres con tus calificativos. A mí me inscribiste como Emma Egipcia. Hace poco leí una nota de las que me dejabas en el buzón con tus mimos tintados para que te ayudara a traducir tu currículum al inglés,... y después vino Grecia, Londres, París y no volví a verte hasta muy tarde. Pero aunque después sólo pudiera pasear contigo o tomar un café por unos minutos, parecía que nos hubiéramos visto ayer y que te abrazaría de nuevo mañana.

Todo es fácil a tu lado.



Sencillo,







diferente,


romántico,






inquietante.









Te escribo aquí porque aunque ahora no puedes leerme, sé que me escuchas.

Nos vemos en unas horas, mon petit mon cheriè.



.....II.....

I..........tic...........I

I........tac.....tic........I

I..........tac..........I

....X....

No hay comentarios: