domingo, 20 de junio de 2010

calderón


Sé que el homenaje sería más propicio realizarlo al gran Saramago, escritor y poeta que nos abandonaba hace unos días. Sin embargo, creo que el positivismo de Calderón es más adecuado en estos momentos inciertos y los textos clásicos que a menudo pasan de largo, es justo rememorarlos de tanto en tanto. Os dejo dos pedazos que son dignos de admiración.

Cuentan de un sabio, que un día

tan pobre y mísero estaba,
que solo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.

Quejoso de la fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿Habrá otra persona alguna
de suerte más inoportuna?
piadoso me has respondido,
pues volviendo en mi sentido
hallo que las penas mías
para hacerlas tú alegrías
las hubieras recogido.

lunes, 14 de junio de 2010

Los segadores


Recuerdos de la niñez
olores en el recuerdo
mies, gavillas, trilla, sombras de luz y color
albas pendientes del sudor
mies preñada de ilusiones
ilusión de sed, botijo y queso
requiebros en el atardecer
y pasión en el anochecer.

Imagen de Julien Dupre, palabras de Giraldo Álvarez

lunes, 7 de junio de 2010

Aquellas cosas que nunca te da tiempo a hacer


Hace ya varios años que me he dado cuenta que las agendas y yo no estamos hechas tal para cual. Lo hemos intentado varias veces, pero no ha dado resultado. Aún así me sigo esforzando... y así desde hace poco tiempo, le he dado una oportunidad a mi última agenda, con la excusa de que como está grabado mi nombre y era un regalo me daba pena abandonarla en la estantería.

Las anteriores agendas tuvieron frases atractivas cuya función era motivarme o enseñarme algo cada día, conjugaban obras de arte que me recordaran esa parte creativa que poco a poco he ido abandonando, diferentes formatos por aquello de que no poder meterla en el bolso no fuera una excusa para no usarla, guiños mafalderos, un valor especial por aquella persona de quien proviene... nada ha servido hasta ahora.

Los días pasan y voy acumulando cosas que tengo que recordar hacer algún día cuando "tenga tiempo", son tareas pequeñas, no está por ejemplo tirarme en paracaídas; son esas cosas simples que poco a poco voy dejando porque no son lo suficientemente urgentes. Esto es, tengo que arreglar el pedal de la bici, pero como voy normalmente en Bicing, cuando rescato un momento libre no recuerdo que tengo que reparar el pedal. Así que un buen día, sin más ni más, me pongo a arreglar el pedal, es inútil que tenga apuntado en la agenda que lo arregle porque no lo doy más importancia por ello.

Las citas importantes, no obstante, las apunto siempre en el móvil para que haya una alarma que me recuerde que el día siguiente o en unas horas tengo médico, gestionar algo de papeleo o ir a recoger x.

Sin embargo, cuando decido utilizar una agenda física, poco a poco voy llenando los días de las citas importantes pero también de aquellas pequeñas cosas que tengo que hacer y que en el día a día no encuentro el momento para hacerlas. Cuando ya empieza a ser una lista medianamente larga lo veo tan poco productivo, que abandono la agenda.

Quizá algún día ponga la alarma que me recuerde que tengo que mirar la agenda donde apunto aquellas cosas que nunca me da tiempo a hacer o quizá la alarma debe recordarme que hace tiempo que me tendría que haber tirado en paracaídas.