A las mujeres de final del siglo XX, de este país nuestro casi imaginario, se nos dio la llave de la libertad. A cambio, se nos negó la llave de la memoria, la que abre la puerta de la continuidad entre generaciones.
Esta, nuestra (supuesta) libertad se construyó sobre el silencio de nuestras abuelas y de nuestras madres, sobre el olvido, sobre el desconocimiento.
La Canción de Margarita es un puente, uno de los posibles puentes de la memoria, construido desde la curiosidad y la imaginación. Hay algo mágico y brutal en el silencio.
De sueños, de amor y de dolor está hecha la vida, también la de las mujeres que nos criaron y callaron. Sus voces dormidas aparecen un día en un sueño, en una foto, en una canción que vuelve insistente y reveladora, en una pregunta sin respuesta, en una historia desvelada.
Son los ecos del silencio, las historias que no recoge la historia oficial, las historias que nos robaron.
Inés Boza (directora de La Canción de Margarita)
Ayer esta obra cerró mi abono de Escena Contemporánea, visto que llevan desde el 2006 rodándola por España, os la recomiendo por si aterriza en alguna de vuestras ciudades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario