8:28 am.
Escaleras mecánicas del metro del Santiago Bernabéu.
Marabunta de trajes/maletines/tacones/portátiles/gominas/gafas/prisas. Predominio de colores oscuros.
Él: unos 50 años, saluda al ejecutivo que marca el ritmo delante mío antes de subir las escaleras a galope. Bajo su traje se desprende una mano que aferra "Le petit Nicolas". Me sonríe. Pasa delante mío y comienza el ascenso. Del otro ángulo cuelga otra mano esta vez con una bandolera, pequeña, de Tintín. La cremallera rota y una bolsa con la comida.
Y así sin más, Él, hoy me ha hecho feliz.
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