- Vivo en el barrio chino- respondió Charlie, y aunque era técnicamente cierto, más o menos, solo sabía decir tres cosas en chino mandarín: "Buenos días", "Almidonado ligero" y "Soy un demonio blanco y un ignorante", todas ellas enseñadas por la señora Ling. Él creía, no obstante, que la última se traducía por "Buenos días nos dé Dios".
“Recomendaría ‘Un trabajo muy sucio’ a cualquiera que alguna vez tenga que morirse. Un libro ridículamente divertido, una historia desternillante” —Publishers Weekly
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