Por el conductor de ida por no poner películas cutres.
Por los huecos, horas, días que exprimisteis todos para verme.
Porque tumbarme en el Maremagnum ya comienza a ser un rito placentero.
Por mi primer balneario.
Por las fases de los caracoles y del Pan Tumaca.
Por los paseos sola por Barna y sentirme en casa.
Por vaguear. Comer en la terraza, ver el mar, caricias, cariños, caldes d´astrac.
Por las anécdotas de milicias, debates cineastas y los silencios que llenan.
Porque dentro de poco no haya fecha de caducidad.
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