miércoles, 6 de agosto de 2008

Dedicado a mi padre, que ayer fue su cumpleaños



Las escaleras parten de abajo y de arriba y se retuercen trepando. Se adelgazan como cabellos, dan un ligero reposo, se tornan verticales. Se marean. Se precipitan. Se alargan. Retroceden. No terminan jamás.

¿Cuántas escaleras? ¿Cuántos peldaños de escaleras? ¿Cuántos pies en los peldaños? ¿Cuántos siglos de pasos, de bajar y subir con el libro, con los tomates, con el pescado, con las botellas, con el pan? ¿Cuántos miles de horas que desgastaron las gradas hasta hacerlas canales por donde circula la lluvia jugando y llorando?

Escaleras.


Fragmento de "Confieso que he vivido", por Pablo Neruda.

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